viernes, 14 de diciembre de 2012

A mi banco de esperma

Diciembre 14, 2012

      Por si no lo sabías, mi número favorito es el 14, aunque el 22 le sigue. La historia de como se convirtió en mi número favorito es algo tonta, pues al ver a una niña hermosa y felíz en el colegio, le pregunté qué edad tenía, y su contestación fue esa; 14. Catorce. Dos dígitos, par, parecía perfecto. Esa sería mi edad de gloria. A los catorce el mundo sería mío, todo haría sentido. 

......

     Siempre supe que algo andaba mal. Llamalo intuición, o la explicación que le daba a tu falta de cariño, pero siempre lo supe. Recuerdo que de niña, disfrutaba de los momentos efímeros de felicidad que me brindabas, y atesoraba cada uno de ellos como mío, sólo mío. Solía pasar horas culpandome, incriminandome pensando que tu forma de ser se debía a mi. Me pregunté en más de una ocasión que habría hecho para que me odiaras tanto, y el tiempo me dio la contestación. No te hice nada. Nunca fue mi culpa. Tu incapacidad de amar no tenía nada que ver conmigo, sino con demonios que nunca habías terminado de batallar. 

     Ya he dicho en más de una ocasión, en este, mi blog que se que no lees, que en mi vida todo está al revés. Tú, quien está genéticamente arreglado a mi favor para ser mi heroe, no has sido más que el que me ha causado las más grandes heridas que mi corazón ha visto. Ahora, se que tus insultos no son certeros, comprendo que no hay nada que pueda hacer, pero no siempre fue así ¿sabes? Las cicatrices que de niña me afectaron siguen aquí, muy dentro de mi. 

     Una de mis muchas teorías, recuerdo, era que debido a mi corta edad, te parecía insoportable lidiar conmigo. Al paso de los años mi hipótesis fue claramente negada. Pues no hubo edad, ni siquiera a mis catorce, en la que no siguieras siendo mi peor enemigo. Nuestra historia no tiene final, pues aún te tengo aquí, hiriendome día tras día. 
Aria

No hay comentarios:

Publicar un comentario